Casi cualquier persona que viviera elgo de los 80 puede verse atraida por la carátula portada de esta película, lo cual es un craso error. Hubiera preferido mirar la carátula durante 1 hora y 25 minutos antes que ver esta nefasta producción para televisión.

No esperaba mucho, por supuesto que no, pero no son pocas las películas que, siendo malas, me han divertido en algún momento o me han servido como mínimo para reirme de ellas. Killer Mountain es una película de las malas por aburrimiento, y es que a pesar de ser una película para televisión, visaulmente y a nivel de producción se ve mucho mejor que otras películas de las mismas características, por lo que Killer Mountain es, dentro de lo malo, lo peor.

La película de Sheldon Wilson es de esas en las que sabes que hay un bicharraco enorme pero no te lo muestran bien en ningún momento, lo cual está relacionado con el hecho de que el diseño de la criatura es una basura, y optan por la solución típica de "bueno, lo mostramos durante poco tiempo y en la oscuridad y ya esta". Killer Mountain es de esas, de las que te pasas todo el rato intentando ver bien porque toda la película es oscura y con planos que no duran más de 2 segundos cuando está el bicho en pantalla. Con este panorama, no es de extrañar que a los 20 minutos ya estuviera cansado de ella. Las actuaciones son convencionales, excepto Aaron Douglas, particularmente infumable.