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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
6
Drama. Comedia Tras la muerte de un Papa, obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo se reúnen en Cónclave para elegir a su sucesor. Después de varias votaciones infructuosas, que se anuncian con la salida de una humareda negra, se ve, por fin, la "fumata bianca" que indica que "habemus papam". Los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan con entusiasmo y fervor que el nuevo pontífice, siguiendo la tradición, se asome a una ... [+]
1 de octubre de 2011
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la Iglesia, con el mismísimo Papa ha querido toparse Nanni Moretti en su nueva película. La figura de un Papa recién elegido que entra en crisis es de lo más delirante e inteligente que ha imaginado el director italiano por excelencia. Quien fuera azote de Berlusconi ahora barre el polvo en el Vaticano, pero de una forma más amable y menos socarrona de lo esperado. Parece que hay cosas que más vale no tocar y temas que mejor ni mencionar; ni tan siquiera Moretti, movedor de conciencias con su humor fino, ha podido filmar la radiografía definitiva de esa institución tan inabarcable.

Vamos por partes. Uno: Habemus Papam no es una película anticlerical; es más, en su tramo inicial retrata con detalle los entresijos de un Cónclave reunido para decidir la identidad del nuevo representante de Dios en la Tierra. Dos: la crisis de su Santidad no es de fe, sino de identidad, y aquí a Moretti le importa bien poco el cargo de su personaje para firmar una película de calado universal (el temor de no estar a la altura, de fracasar en el intento, de no saber responder a la marea mediática y a los miles de fieles y curiosos que se agolpan en las calles de Roma). Y tres: Nanni Moretti, psicólogo con la autoestima muy alta, es, en contra de lo escrito en Cannes, lo mejor de la cinta, porque el cine de Moretti, como no sucede con el del último Allen, gana con el propio Moretti en pantalla (aquí, ejerciendo de árbitro entre unos monjes jugando a voleibol o a cartas).

En resumidas cuentas: poco importa que Habemus Papam pueda o no leerse como ataque frontal o velado a la Iglesia porque lo mejor de la cinta está en su forma de chiste, en su humor absurdo. Cuanto más comiquera y menos terrenal, mucho mejor. El film divierte, tiene sus momentos, también sus excesos, pero como fan de Moretti no puedo evitar pensar en ese otro film más agudo y menos blanco que Moretti, si hubiese querido, si le hubieran dejado, habría podido dirigir para gozo de sus seguidores.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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