Hay gente, más de la que pensamos, que disfruta del dolor ajeno. 'Si yo no puedo ser feliz, que tampoco lo sean los demás'. Una existencia miserable, como la de César, un gris portero obsesionado con la vecina del 5ºB. El principio de una psicopatía. El punto de partida del retrato de una obsesión. César ya no se limita a ordenar el correo, limpiar el mostrador y arreglar las averías de los inquilinos. Bajo el auspicio de la noche, se cuela en casa de Clara, la adormece con un sistema mil veces estudiado y duerme con ella. Aunque puede que haya cruzado fronteras todavía más macabras que desconocemos...

Mientras duermes es la historia de un hombre malo (que no un mal hombre) que acaba convertido en asesino en serie. Seguimos sus pasos, incluso llegamos a defenderle porque somos espectadores de su rutina, de sus tinieblas, de sus carencias. Pero en esencia es la historia del mal sin resquicios (Tosar, un Dexter barcelonés) frente al bien de apariencia inmaculada (excelente Marta Etura). Balagueró por primera vez ha encontrado la verdadera fórmula del terror. Su película es ante todo un thriller muy medido, con un crescendo admirable. Un Balagueró más austero, menos efectista, cercano al terror cotidiano, describiendo con atino los recovecos de una mente peligrosa y perturbada.

No sé si Tosar volverá a llevarse el Goya (apuesto por José Coronado), tampoco si la cinta merecerá un remake yanki (curiosamente, la recién estrenada La víctima perfecta parte de una premisa argumental similar). Lo que queda es un entretenimiento elegante. Por un momento creerán que el vecindario de La comunidad era ideal. Y revisarán el hueco de sus camas antes de dormir. No tiene suficientes atractivos para ser el nuevo Los otros o El orfanato, tampoco aspira a la popularidad de estas. Suma varios puntos en la nada desdeñable cosecha del cine español del 2011.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities