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Cuba Cuba · Guanabacoa
Voto de Kingo:
2
Aventuras. Acción. Bélico Caída del Imperio Romano de Occidente (476 d. C.). El día de la coronación del emperador Rómulo Augusto, Roma cae en poder de Odoacro, rey de los hérulos (Peter Mullan). Ambrosino (Ben Kingsley), el mentor de Rómulo, había predicho un gran peligro para la ciudad. El padre del emperador, preocupado por la seguridad de su hijo, pone al niño bajo la protección del comandante Aurelio (Colin Firth). Tras la captura de Rómulo por los bárbaros ... [+]
1 de septiembre de 2007
108 de 158 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realmente es dificil criticar esta cosa como se merece porque, gracias a todos sus fallos y disparates, la verdad es que se hace realmente entretenida, aunque solo sea por echarse unas risas a su costa.

Que el viejo filósofo tenga una barba azul que varía de espesor y tonalidad de un plano a otro, es muy cachondo. Que el niñato repelente se aguante la risa en la infinidad de escenas en las que, muy evidentemente, había olvidado el diálogo, es para carcajearse. Que la corona del Cesar lleve la cruz cristiana, cuando no dejan de mencionar dioses paganos, es todo un puntazo. Que la especie de muralla china de Britania tenga trozos de cartón piedra, mezclados con otros de porexpam, es para mearse. Que los britanos malos parezcan los teloneros de Megadeth, es de puro descojone. Que la chati oriental, preciosísima ella, salga de bucear en el rio con la melena seca, es un puro delirio... Y asi, con chistes involuntarios, hasta el infinito y más allá... asi que mejor parar o no acabaría nunca.

La falsedad de los decorados, lo evidente de las cromas, lo ridículo del vestuario, y la pena que provocan las interpretaciones de pesebre viviente, me hicieron recordar la demencial "Bloodrayne" del maestro Uwe Boll: de hecho, la presencia del acabadísimo Kingsley me hizo dudar muy seriamente de si no se trataba de una segunda parte de aquel esperpento infumable.

En fin: que si fuese una parodia de las pelis de la leyenda artúrica, pues sería brillantísima. Pero como ésa no era ni mucho menos su intención, no pasa de ser una castaña mal hecha y peor acabada, con toneladas de caspa y majaderías a saco, que es mejor no sufrir que tener que olvidar.
Tan recomendable como abrir una tienda de estufas en Uganda.
Kingo
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