Mucha gente, al ver esta película, podría pensar que fue demasiado pronto para hacer una película de este estilo donde la fantasía requiere de una tecnología que solo en esta última década a conseguido que la de ciencia ficción sobresalga como género digno de verse. No obstante, en la década de los ochenta se cuenta con varios filmes y series de este género que aunque no sean magníficos con los efectos especiales (si comparamos con los de ahora), si que tienen un argumento genial.

Siendo fan como soy de Michel Ende, del cual he leído La historia interminable, pero también Momo y un sinfín de cuentos cortos, debo confesa que me siento dolido y engañado con esta adaptación. No quiero ni imaginar como debieron sentirse la gente cuando salió el film en 1984. Aunque es de agradecer que los personajes más entrañables salgan en la peli, esto no quita que todas las partes que han sido olvidadas del libro, se convierta en una auténtica violación de una obra maestra. Aunque esto tiene una excusa si admitimos que en hora y media poco se puede hacer. Pero no es solo los "olvidos", sino la falta de diálogos, los gestos pobres de los actores, que recuerdan más a un programa infantil y que uno acaba cansado de oir chillar siempre a Atreyu, quien parece no saber hablar sin gritar, o de oir reir al dagrón de la suerte, que sabiendo tantas cosas inteligentes que dice en el libro, aquí parece que solo sabe hacer eso, reir.

En definitiva, una pena que este libro magnífico no tenga todavía una adaptación que esté a su altura, esperemos que llegue algún día.