Si hay algo que me encanta de Disney-Pixar es, sin duda, como consiguen que sus personajes cobren vida y hagan que te emociones, rías y pases un buen rato sin importar la edad que tengas. Por desgracia no suelen hacer muchas, así que cada vez que se estrena una es un acontecimiento que uno no se puede perder, y con Brave no iba a ser distinto.

Brave (Indomable) cuenta la historia de Merida, una impulsiva y hábil arquera hija del Rey Fergus y de la Reina Elinor. Dispuesta a trazar su propio destino en la vida, Merida decide romper con una antigua costumbre que la obliga a casarse con uno de los hijos de los señores de la tierra: El gigbantesco Lord MacGuffin, el malhumorado Lord Macintosh y el cascarrabias Lord Dingwall. La actuación de Merida desencadena, sin quererlo, el caos y la furia en el reino. Además, decide pedir ayuda a una anciana que le concede un deseo muy poco afortunado. Los peligros desencadenados por el deseo obligan a Merida a descubrir el significado de la auténtica valentí­a, en su esfuerzo por acabar con una terrible y bestial maldición antes de que sea demasiado tarde.

Lo mejor son los detalles y la calidad de la imagen (propia de Pixar), que le da tanto realismo a la película que sientes que los personajes son de carne y hueso.
Otro punto que cabe destacar es la banda sonora (compuesta por Patrick Doyle) y los momentos de humor (en su mayoría producidos por los trillizos), que hacen que no puedas parar de reír en toda la película.
Y a pesar de que no emociona tanto como Wall·e, Up o Toy Story 3 la verdad es que en una buena película con la que te aseguras pasar un buen rato, y, a fin de cuentas, de eso se trata.

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